Recientemente, en nuestro país, ocurrió un hecho escalofriante. Una niña de 3 años fue abusada sexualmente en su centro educativo. Y se comprobó que fue por un hombre.
Las profesoras del nido decían que habían entregado a la niña completamente sana a la salida, pero el médico legista confirmaba lo contrario.
Hasta hace poco, en centros educativos de nivel inicial, solo podía haber profesoras mujeres, pero por un cambio en la ley, en aquel lugar había varios hombres trabajando, quienes fueron interrogados, y se descubrió que el abusador fue el director (quien además, huyó y cambió de look para no ser reconocido).
Recién hoy tengo claridad para escribir sobre este hecho porque tengo un hijo a punto de cumplir 3 años, que aunque conversa y entiende casi todo lo que le digo, creo que no podría defenderse de este tipo de abuso.
Últimamente, he dictado charlas en colegios y centros particulares, dirigidas a los padres de familia con el motivo de ayudarlos a prevenir el abuso sexual infantil, pero con niños tan pequeños ¿realmente se podrían prevenir?
Muchos niños a esa edad continúan utilizando pañales, o acuden al baño acompañados, por lo tanto, no tienen instaurado el pudor hacia las zonas íntimas, no tienen el tamaño suficiente para hacerse el aseo personal y requieren de apoyo sobretodo cuando se trata de esa parte del cuerpo. Ya saben lavarse las manos, la carita y los dientes, pero todavía les queda mucho por aprender.
Es realmente una crueldad, abusar de alguien tan indefenso.
El mes pasado estuve en una reunión de solo mujeres y yo comentaba acerca del apoyo que me daban mi mamá y mi hermana, así como varias mujeres de la familia en la crianza de mi hijo (aunque mi esposo, mi papá y mis hermanos también me apoyan bastante, por sus trabajos no tienen la misma disponibilidad y no los mencioné). Una de ellas (estaba en un grupo de mujeres feministas, de un trabajo anterior, pero que yo recién conocía) comentó: “El cuidado siempre recae en las mujeres”, yo le dije: “las estadísticas indican que la mayoría de casos de pedofilia se dan en hombres”, ella me respondió: “Por el motivo que sea, pero siempre recae en las mujeres”. No le respondí más, no quise discutir, y me quedé pensando la frialdad con que tomó el asunto de la atracción sexual por menores de edad.
Se nos exige a las mujeres trabajar, ser exitosas, salir adelante, ganar dinero aunque eso implique poner en riesgo la integridad de nuestros hijos.
Recuerdo cuando recién iba a matricular a mi hijo en el nido y la preocupación que tenía porque otra persona le cambie el pañal. Pienso en lo difícil que es encontrar alguien confiable para poder dejarle a tus hijos, y la angustia con la que muchas mujeres salen a trabajar.
Pienso también en la cantidad de veces que he visto a personas negándose a que el valet parking estacione su carro de lujo por miedo a que lo arañe, choque o de una vuelta por ahí a toda velocidad. O en las personas que ponen rejas en sus casas para proteger sus bienes, y aparentemente nadie los juzga. Pero si una mujer se preocupa “en exceso” por el cuidado de sus hijos, es una exagerada, sobreprotectora, etc.
El centro educativo, es uno de los últimos lugares donde una mamá esperaría un abuso de este tipo.
No podemos arriesgar a nuestros hijos, parafraseando a aquella mujer: especialmente por este motivo, el cuidado de los niños recae en las mujeres, especialmente en un centro educativo inicial.
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