La sexualidad nos acompaña toda la vida y está relacionada a nuestras emociones, nuestro sexo, cómo nos comunicamos y relacionamos con los demás, incluidos nuestros hijos, amigos, familiares y especialmente nuestra pareja.
La forma en que las personas, expresamos nuestra sexualidad va cambiando con los años, no es igual a los cinco años, que a los quince ni a los veinte. Si bien no todas las mujeres viven lo mismo a partir los cuarenta años, hay algunos factores en común que se reflejan en cómo viven su sexualidad. Y el principal es que la mayoría dejó atrás la culpa por disfrutarla.
Habrá alguna que al notar el acercamiento a la menopausia se cuestionará si es su última oportunidad para ser mamá, mientras otras estarán felices por la culminación de la etapa reproductiva, con hijos son más grandes, en etapa escolar o universitaria, por lo tanto, con mayor tiempo disponible para estar a solas.
Por otro lado, habrá mujeres que están pasando por un proceso de separación o divorcio, y luego de superar el dolor redescubren la sexualidad erótica sea con una nueva pareja o con ellas mismas, así como mujeres que no tienen pareja pero tampoco quieren una. La idea del matrimonio o la convivencia ya no les quita el sueño, el reloj biológico ya fue atendido o no tuvo mayor impacto.
En la mayoría, ya no hay desesperación ni competencia por encontrar pareja. Se recupera la energía, el tiempo y el cuerpo que habían sido tomados por el embarazo y la crianza. Ahora el cuidado del cuerpo es por una misma, no para lucir bien sólo para los demás.
Aunque en la actualidad, existen muchas mujeres que se animan por la maternidad al final de la tercera década, en un gran número de mujeres, a partir de los cuarenta, el tiempo y el espacio para disfrutar retoman su lugar.